7 de octubre, 2024.
Hace un año, las fuerzas de resistencia palestinas lanzaron la heroica Operación Inundación de Al-Aqsa, saliendo del campo de concentración de Gaza y abriendo las puertas a un nuevo mundo. Desde alas delta, lanzaderas de cohetes y túneles, Gaza ha reescrito las reglas de la guerra de guerrillas, ha expuesto a la entidad sionista y al imperio estadounidense como tigres de papel y ha reafirmado la revolución antiimperialista mundial. El diluvio de Al-Aqsa volvió a poner sobre la mesa las cuestiones de la lucha armada y la liberación nacional.
Incapaz de derrotar a las fuerzas de resistencia en Palestina o Líbano, la entidad sionista se ha propuesto destruir su cuna popular, la base masiva de apoyo y regeneración de la resistencia, masacrando, torturando y matando de hambre a millones de palestinos. Lo que está ocurriendo en Gaza debe entenderse como un genocidio, pero también como una guerra de liberación nacional librada por el pueblo palestino y el Eje de Resistencia más amplio contra el bloque imperialista estadounidense-OTAN-sionista. Este imperio en declive está ampliando ahora la doctrina de Gaza al Líbano y provocando una guerra regional, que sin duda perderá.
A un año de esta etapa intensificada del genocidio de 75 años, ¿qué tiene que mostrar el mundo que prometió estar al lado de Palestina? Nada ha detenido todavía el genocidio, pero las acciones armadas del Eje de la Resistencia han hecho más por disuadir a la entidad sionista que cualquier resolución de la ONU, procedimiento de derecho internacional o movimiento de protesta «pacífico». Una cosa está clara: no basta con que seamos «solidarios». No basta con que «demos testimonio». No basta con que celebremos actos de enseñanza, vigilias y desfiles permitidos semana tras semana.
Cuando coreamos: «La resistencia está justificada cuando los pueblos están ocupados», que no sea una abstracción. Los llamados Estados Unidos son tierra ocupada y la resistencia también está justificada aquí; no sólo justificada, sino necesaria e irresistible. Si la victoria sobre el Imperio estadounidense y su apoderado sionista es posible, será porque las luchas contra ellos han estallado en todo el mundo - ¡Traed la guerra a casa! Dos, tres, ¡muchas inundaciones de Al-Aqsa!